MAMÁ

Pude verla: su presencia en las luces del océano, sus manos tejiendo la espuma de las olas cual filigranas de ganchillo y su mirada vigilante en el pájaro blanco que cada día sobrevolaba el barco. 

Me acompañó en cada milla del recorrido, protegiéndome a mí y a los míos, como siempre lo hizo. Porque una madre te acompaña siempre, aunque no quieras, aunque esté muerta, aunque no la sientas. Es parte de ti como tú parte de ella, porque las almas, o lo que sea que son, están conectadas para toda la eternidad." 

... del libro "Entre Alisios y emociones". 

Canción compuesta sobre los acordes de guitarra de Christoph Bacher una noche de guardia a bordo del Trotamar, recordando la despedida de mi madre en la travesía desde Cabo Verde al Caribe en el mismo punto, en medio del Océano Atlántico, dónde en el 2012 lloraba su muerte.


Sentada en el recuerdo
de una noche sin fin,
el mismo mar brillante
donde te despedí.

¿Dónde van las almas buenas,
lejos, lejos del mar?
¿Dónde te fuiste tú, mamá?
Te llevaste un buen trozo de mi ser,
de mi querer, hacia el más allá.

Mamá, dime dónde estás.
Mamá, envíame una señal
que me diga que estás allí,
en la oscuridad.

Te encuentro en mi sonrisa,
en mi voz, en mi silencio, en mi canción,
enredada entre mis sueños.
Formas parte de mí...
pero me pregunto:

¿Dónde van las almas buenas,
lejos, lejos, lejos del mar?
¿Dónde te fuiste tú, mamá?
¡Ay, mamá, mi mamita!
Dime, dime, dime, ¿dónde estás?